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El cerebro no es un vaso por llenar, sino una lámpara por encender

Un adiós es el significado de un comienzo. Esto, sucederá hoy después de unas cuantas horas, tras escuchar una retroalimentación de Juan Sebastián sobre la relación tenida con cada clase y trabajo. Esta clase será un grato recuerdo dentro de la gran exigencia que requiere un intersemestral, en donde no todos son capaces de aguantar su ritmo. Las ojeras, el pelo enmarañado y otros más, pueden ser testigo de ello.   Este último escrito, busca resaltar algo único de la clase de manera subjetiva y crear de paso, una autoevaluación. Para ello, termino afirmando, uno se hace la clase, la clase no lo hace a uno. Es decir, lo importante no es la cantidad de conocimiento aprendido, sino más bien, ¿se pudo aprender algo significativo de la clase para aplicarlo en su vida desde este momento en adelante? Por la anterior pregunta, afirmo: sí y bastante. Por lo cual, lo de menos es la nota, así que asigno el puntaje de cinco. El cerebro no es un vaso por llenar, sino una lámpara por encende

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